Hay un tema en D&D que me saca más del juego que otra cosa: las caídas. Y es que, un jugador munchkin con un PJ con muchos puntos de golpe, puede decidir tirarse por un precipicio de cincuenta metros de altura porque ha hecho cálculos y sabe que su personaje no se va a matar (o es muy poco probable que lo haga).
La velocidad terminal en D&D es de 20d6 (a los 60 metros de altura), eso quiere decir que el improbable máximo daño que se puede sufrir por una caída es de 120 puntos, asumible para personajes de niveles altos; la media sería de 70, que tampoco es tanto para niveles medios.
Así que, cuando un jugador decide que su bárbaro de nivel 12 con bonificador de constitución + 4 se tira voluntariamente desde lo alto de un dragón volador a 100 metros de altura porque, según las reglas (lo que llaman el RAW, «rules as written»), no va a morir, ¿qué hace el DJ?
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Imagen de Andrew Martin en Pixabay |