Quinto artículo (de un total de cuatro... vaya, no me salen las cuentas) para hablar sobre los juegos de rol a los que dirigí en 2024, sobre las cosas que me gustan de ellos. Los juegos y su correspondiente artículo eran:
Lo primero, quería pedir disculpas porque, según escribía cada artículo, se me iba yendo de las manos. Y eso que con D&D comencé comedido. Al final, se han convertido en unos artículos que tampoco aportan nada interesante. No son una reseña de los juegos, ni consejos, ni nada por estilo, sino simple opinión, casi regla a regla, de las cosas que me gustan y que no. Vamos, he sido el mayor abuelo rolero cebolleta de todos los mundos roleros.
En cualquier caso, la crisis rolera pasada de este 2024 y las diferentes partidas dirigidas me han servido como autoanálisis rolero, tanto en gustos sobre sistemas y mecánicas de juego como en el estilo de juego. He descubierto algunas cosas y reafirmado otras, que ya conté en el artículo anterior: que soy táctico y narrativo, pero me cuesta mucho abrazar el drama y estoy muy lejos de tener perfil de actor (algo que nunca he dudado, soy introvertido hasta para jugar al rol). Me encantan dirigir o jugar aventuras con acción y/o misterio y el toque justo de exploración, nada de megamazmorras.
Sobre juegos, Mythras se ha ganado un puesto en mi corazón, pese a haber jugado solo una partida al inicio del año. ¿Será solo añoranza por no haberlo jugado más? Porque, si es así, maldita sea la añoranza, porque en este 2024 han caído la Isla de los Monstruos y el verkami de Britania (este último en PDF, que las estanterías ya no dan de sí). El caso es que Runequest 3 en su momento me encantó y Mythras ha vuelto para ocupar el hueco de su hermano mayor. Realista, sin ser tan lento y mortífero como la fama que tienen (bueno, más mortífero que D&D a niveles altos seguro que sí). Con un sistema sencillo de entender, quizá la mayor pega sea para muchos el sistema de combate (que, para mí, es la mar de entretenido).
Pensé durante un tiempo que Savage Worlds acabaría convirtiéndose en mi segundo favorito pero lo acabó derrocando el BRP, pero tendré a aquél como referencia para las mesas en las que Mythras puede resultar un poco más duro. Aunque creo que ya estaremos hablando de mesas para 2026, si eso. En cualquier caso, Savage Worlds se queda como mi recomendación principal para cualquiera que quiera salir de D&D, porque me parece que proporciona más o menos la misma esencia de juego (más pulp, pero muy parecido) pero te quita de encima el tema de los sacos de vida que a mí tan poco me gusta.
En 2024 por fin reconocí que Fate es, de lejos, mi sistema favorito; que ya lo era, pero no lo acababa de reconocer. Supongo que como incluso de Fate hay cosas que no me gustan, no quería darle la corona de favorito. Pero es el juego que más disfruto y que más versatilidad y menos complicaciones me aporta para crear aventuras y escenas variadas (a lo mejor jugarlas puede acabar siendo más o menos complicadas, pero crearlas no). Y me ha hecho aspectodependiente. Sin embargo, asumo que no es un sistema para todo el mundo 😓.
Y tengo claro que podré sobrevivir sin D&D 2024; algo de lo que en ningún momento he dudado, todo sea dicho, ni siquiera se me ha pasado por la cabeza; sobre todo porque tengo mucho material para jugar sin tener que tirar de nuevas versiones que, más que un grupo de mejoras mecánicas, son una combinación de lavado de cara y de sacar a pasear la máquina de hacer dinero. Lo mismo hasta acabo usando alguna de las campañas que tengo para D&D, pero con otro sistema. Al final, convertirlo a Savage Worlds tampoco es tan complicado, aunque tenga sus cositas (o a Mythras, aunque eso sí que me cuesta un poco más).
Madre mía, según escribo esto, estoy pensando en Planescape con Savage Worlds y me está haciendo tilín.
En cualquier caso, no voy a ser tan crítico con D&D, porque al fin y al cabo lo estoy jugando y dirigiendo. ¿Por qué? Bueno, aparte de por la nostalgia, pues porque al final lo que me mola es jugar, sea al sistema que sea, y D&D me pareció un buen sistema para dirigir a un grupo de iniciados que, además, tenían ganas de probarlo, así que adelante con él; y como renegar del campañote de Stradh que nos está dirigiendo Abel, que está siendo la bomba (tanto la campaña como el DM).
En general, aunque haya juegos que no me gusten mucho, como le ocurre al D&D, si sale partida, ya sea como jugador o como DJ, allí que estoy. Eso sí, si es como DJ, te arriesgas a que lleve reglas caseras no solicitadas, ¡uaaajajajaja! Gumshoe, por ejemplo, no me gusta demasiado, pero disfrutaba mucho las partidas que nos dirigía Santi como para apuntarme a cualquier otra que monte sin dudarlo (ahí te lo dejo caer, Santi). Cthulhu nunca me ha llamado mucho (jajaja, Cthulhu... no me ha llamado... la llamada de Cthulhu... ehmm.... vale, vale, ya dejo los chistes malos), pero ahora ando pasándomelo pipa, paseando por Boston, de la mano de Igor para aterrorizarnos lo máximo posible.
El resumen al final es claro: si hay que jugar, ¡se juega! (pero sin pasarse).
Y, como no, gracias a mis jugadores y DJ de 2024 por estar ahí. Repitamos en 2025.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Al introducir un mensaje, se mostrará el usuario Google con el que has realizado dicho comentario. En caso de no querer mostrarlo, por favor no insertes ningún comentario.